Daiana Ramírez estaba ayer sentada con la mirada fija en una fotografía apoyada sobre una mesa. Tenía los labios y los ojos hinchados. Callada escuchó cómo sus amigos describían lo que había pasado. Parecía que no iba a decir nada hasta que -con la voz ronca- comenzó a hablar. "Yo he visto cómo la chocaron a mi hermana. Ella fue la primera. Cuando giré y la vi tirada salí corriendo para verla. Después vi a todos mis amigos tirados y amontonados en una columna. A mí me quedó esa imagen en la cabeza", contó. Nancy Ramírez,
su hermana, tenía 23 años y murió el martes a la madrugada en la vereda norte de la avenida Kirchner al 1500. Lucas Mariano Jiménez -que permanece detenido- manejaba el auto que la chocó a ella y a otras siete personas.
Angustia familiar
La joven vivía en el barrio Batalla de Tucumán. Y, para llegar a la casa que compartía con su familia, se debe caminar por una angosta calle de tierra. Al final de ese camino hay una vivienda pintada de amarillo. En ese lugar, la familia y los amigos de la víctima dialogaron con LA GACETA.
Daiana Ramírez no es la única de su familia que fue testigo de la muerte. "Abel, mi hermano, estaba parado al lado de ella cuando la chocaron, pero él logró correrse", agregó. Sin embargo, Abel Ramírez no estaba en su casa cuando se hacía esta nota. Había salido en moto a cumplir con una diligencia para su familia. Y cuando volvió se encontró con una pregunta que no pudo responder.
- ¿Qué recordás del accidente?
- Lo que he visto fue cuando estaba encima el auto y ya cuando nos han chocado...
Pero las lágrimas le impidieron seguir hablando y, como no se podía contener, salió de la habitación en la que se estaba haciendo la entrevista y se quedó en otro lugar de la casa.
En la sobre la mesa se veía a Nancy Ramírez alzando a Iara, su hija de cinco años.
"Escuchamos el ruido"
En nuestra edición de ayer, el comisario Enrique Jiménez -padre del conductor del auto- había afirmado que su hijo no subió a la vereda con el vehículo y que se vio obligado a dar un volantazo cuando circulaba por la avenida porque le arrojaron una piedra que rompió el parabrisas. Según el uniformado, ese proyectil había sido lanzado en medio de una pelea entre dos grupos que se enfrentaban en las inmediaciones de la calle Miguel Lillo. Agregó que luego del accidente alguien robó el estéreo del Chevrolet Aveo que conducía su hijo, antes de que fuera incendiado el vehículo. Julieta Abella era amiga de la muchacha que murió y es otra de las jóvenes que fue testigo de la tragedia. "Veníamos de ver a La Mona (Jiménez). No conseguíamos taxi porque mucha gente que salía del recital. Por eso caminamos. Abel pudo parar un taxi. Nancy debía trabajar al otro día y pidió subir primero", afirmó.
En ese momento ocurrió el accidente. "Nos salvamos porque escuchamos el ruido que hizo el auto y porque había una columna cerca de la esquina (de Miguel Lillo) contra la que golpeó. Pero nadie entró a robarle nada", sostuvo. A su vez, Carolina Fernández -otra de las víctimas- dijo que nunca hubo una pelea.